lunes, 4 de abril de 2011

TEMA 14. ALFONSO XIII. LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA

TEMA 14. ALFONSO XIII. EL DESASTRE DE ANNUAL

Se trata de la infame batalla que tuvo lugar el 22 de julio de 1921 entre el ejército español y las fuerzas rifeñas de Marruecos, cerca de la población de Annual.
Debido a una táctica indebidamente planificada; en aquel adverso encuentro con las fuerzas rebeldes rifeñas perdieron la vida el general en jefe, Fernández Silvestre (amigo personal del propio Rey, Alfonso XIII), su Estado Mayor y gran número de jefes oficiales y soldados.

Los Intereses militares franco-españoles

El drama de Annual (localidad marroquí), empezó a desarrollarse cuando España a comienzos del pasado siglo "subarrendó" de Francia la zona noreste de Marruecos, incluyendo las poblaciones costeras bajo su influencia política y cultural, como Melilla y Ceuta.
Los militares, en Madrid, seguían sufriendo el reciente trauma producido por la derrota fulminante de la Guerra Hispanoamericana y, conscientes de la pérdida de Cuba, Puerto Rico, Guam y Filipinas, anhelaban una oportunidad para restablecer su dañado prestigio. Es decir, pretendían hacerse con unimperio africano conquistado por la espada, para suplantar al perdido en América y Asia. De esa voluntad germinarían las semillas del desastre.

Abd el Krim

En 1907 las autoridades españolas en Melilla nombraron a un joven bereber llamado Abd el-Krim Secretario del "Buró de asuntos nativos". Abd era producto de la educación colonial española y leal a la Corona. Como tal, fue ascendido rápidamente .
Genuínamente nacionalista, Abd el-Krim veía en Francia el real obstáculo a la independencia de Marruecos y en consecuencia se dedicó a atacar duramente en sus editoriales -como periodista- al establecimiento colonial francés. Ante las protestas de Rabat, las autoridades españolas arrestaron al joven periodista y lo arrojaron en sus mazmorras, tras una pobre semblanza de juicio y en obvia violación de sus más elementales derechos. Cuando finalmente salió de la prisión varios años después, el futuro caudillo rifeño era un rebelde sediento de venganza. En 1919 desapareció rumbo a las montañas sin dejar rastro.

El desastre militar

Por esa época, el General Dámaso Berenguer era jefe militar de la zona española en Marruecos. Soldado competente, Berenguer, no obstante, se sentía ignorado por su segundo al mando, un protegido del Rey Alfonso llamado Manuel Fernández Silvestre, a quien Berenguer había superado por evidente capacidad. Cuando Abd el-Krim lanzó sus primeras incursiones al norte del Atlas, Berenguer, temeroso de la influencia política de Fernández, le dió mano libre a su subordinado en las operaciones. General Berenguer


La táctica de Fernández se resumía, al exterminio del enemigo: "La única forma de tener éxito con los moros, consiste en decapitarlos a todos".
Así que sucedió lo previsible; Fernández dividió sus mal equipadas fuerzas en un cordón de más de 140 fortines casi completamente aislados entre sí, formando una media luna y partiendo desde el sur de Melilla hasta Sidi Dris al oeste. En el centro aproximado de esta composición defensiva estaba el fuerte de Anual, quizás por albergar a más soldados que el resto.
Abd el-Krim, con el apoyo de las tribus cabileñas lanzó un ataque sobre todas las líneas españolas. Igueriben, guarnecida por 350 hombres al mando del comandante Benítez, el defensor de Sidi Dris, no tardó en quedar sitiada.
El 17 de julio Abd el-Krim inició el asalto, que concluyó el 22 de julio. Durante cinco días, y a pesar del esfuerzo heroico de tres columnas de refuerzo, los españoles habían sido incapaces de auxiliar la posición de Igueriben, fracaso que hizo cundir la desmoralización entre las tropas de Annual.
Berenguer hizo cuanto pudo por aprovisionar a Anual por aire, incluso arrojando bloques de hielo en un esfuerzo por resolver la escasez de agua. Todo en vano. Mientras el General Fernández Silvestre era destripado por los rifeños, su segundo al mando, el General Navarro, trataba de organizar una retirada ordenada hacia Melilla. Esa retirada degeneró en fuga desordenada y en el escenario de una cacería dantesca en la que pereció el ejército español de Africa. Más de 18.000 muertos y la pérdida de cientos de cañones y miles de rifles liquidaron la vana esperanza de un nuevo imperio africano alzado en hombros de una victoria militar.

Consecuencias y evolución

El desastre de Annual provocó una terrible crisis política. El gobierno de Allendesalazar se vio obligado a dimitir, y en agosto de 1921, el rey Alfonso XIII encarga a Antonio Maura formar un gobierno de concentración nacional del que formaron parte todos los grupos políticos. Este gobierno estuvo dividido entre quienes deseaban una intervención más decidida en Marruecos y los partidarios del abandono.
El ministro de la Guerra ordenó al general Juan Picasso elaborar un informe conocido como Expediente Picasso, en el que se señalaban múltiples errores militares, calificando de negligente la actuación de los generales Berenguer (Alto Comisario) y Navarro (2º Jefe de la Comandancia General de Melilla) y de temeraria la del general Silvestre.
Antes de que el informe Picasso se debatiera en el Pleno de las Cortes, el general Miguel Primo de Rivera dió un Golpe de Estado el 13 de septiembre de 1923, decidido a poner fin a la deriva política. Frente al problema del Rif España se entendió con Francia para hacer frente común a los rifeños, y pasó a la ofensiva. Con el éxito rotundo de Desembarco de Alhucemas, Primo de Rivera obtuvo una posición fuerte que le permitió pacificar la zona en menos de un año y restituir la autoridad española en el Protectorado.
http://arquehistoria.com/historias/desastre-de-annual



TEMA 14. ALFONSO XIII. LA CRISIS DE 1917

DESAFÍO MILITAR

La hacienda con déficit y el Estado defraudado por la riqueza oculta, recargadas ciertas
fuentes contributivas, mientras otras compran la benevolencia de la investigación, para
rehuir su contribución a la patria. [...]
Desde luego hay que confesar que es imposible labor fructífera cuando en los últimos
veinte años gobernaron 38 gobiernos con un promedio de ejercer el poder en tres o
cuatro meses. [...] Esta es la culpa de los gobernantes.
La del pueblo es el mal uso que hace de sus derechos de ciudadanía, vendiéndola a la
influencia o al dinero, no usándolos o concediéndolos inconsciente a los vividores de la
política. Pero en esta responsabilidad tiene una disculpa y le ayuda un cómplice: la
inmoralidad electoral manejada por el cacique, que la cede a reembolso a los
profesionales de la política ayudados por los gobiernos, que para ello entronizan la
corrupción y atropellan la justicia, persiguiendo o desmoralizando a los encargados de
la sagrada misión de administrarla.
La ética gubernamental ha producido el cáncer que corroe al Estado español
inficionando [infectado] todos sus organismos, contaminando, en mayor o menor grado,
a todos sus individuos. El ejército ha resistido durante mucho tiempo el contagio, pero
también por fin en él ha prendido.
La influencia, el favoritismo, la burocracia, la demagogia y la anarquía como naturales
consecuencias; en fin, todas las enfermedades que enumera el derecho político como
causantes de la vida anormal de los estados, aquejan al español y conducen a la ruina.”
Mensaje de las juntas de defensa a Alfonso XIII (1917)


DESAFÍO POLÍTICO

“Primero.

A) La política del actual Gobierno, sobre significar una provocación a Cataluña y a España entera, constituye a la vez un agravio al Parlamento y un obstáculo a que las ansias de renovación que siente el país puedan obtener normal satisfacción.

B) Que habiendo declarado el Gobierno y los partidos que tienen mayoría en las actuales Cortes, que éstas no pueden actuar en funciones de Constituyentes, y considerando la Asamblea que urge deliberar y resolver sobre la organización del Estado, la autonomía de los municipios y los demás problemas que las circunstancias plantean con apremio inaplazable para la vida del país, entiende que es indispensable la convocatoria de nuevas Cortes que, en funciones de Constituyentes, puedan deliberar sobre estos problemas y resolverlos.

C) Que para que el país pueda manifestar libremente su opinión, y el pueblo no vea cerrada toda esperanza de que su voluntad sea conocida y respetada, las Cortes Constituyentes no pueden ser convocadas por un Gobierno de partido, que fatalmente seguiría los habituales procedimientos de adulteración del sufragio, sino por un Gobierno que encarne y represente la voluntad soberana del país.

D) Que es indispensable que el acto realizado por el Ejército el día 1° de junio vaya seguido de una profunda renovación de la vida pública española, emprendida y realizada por los elementos políticos; sin lo cual, aquel acto perdería ante la conciencia del pueblo el carácter de una iniciativa patriótica, para dejar tan sólo el recuerdo de un acto estéril de indisciplina, y el poder público no estaría revestido de la autoridad moral necesaria para regir la vida del país y mantener el imperio del derecho.

Segundo. La Asamblea, para su normal funcionamiento y mejor orden en la tarea que le está confiada, acuerda repartir todos sus miembros en tres comisiones:

La primera estudiará todos los problemas que se relacionan con la reforma constitucional y la autonomía municipal.

La segunda estudiará todos los problemas que se refieren a la defensa nacional y la organización de la enseñanza y de la administración de justicia.

La tercera estudiará los problemas económicos y sociales que la situación actual de la economía nacional plantea con mayor urgencia”.

Citado en LACOMBA, J.A. La crisis española de 1917.


DESAFÍO SOCIAL

«A los obreros y a la opinión pública […].

Durante el tiempo transcurrido desde esa fecha [marzo] hasta el momento actual, la afirmación hecha por el proletariado al demandar como remedio a los males que padece España un cambio fundamental de régimen político, ha sido corroborada por la actitud que sucesivamente han ido adoptando importantes organismos nacionales, desde la enérgica afirmación de la existencia de las Juntas de Defensa del Arma de Infantería, frente a los intentos de disolución de esos organismos por los Poderes públicos, hasta la Asamblea de Parlamentarios celebrada en Barcelona el día 19 de julio, y la adhesión a las conclusiones de esa Asamblea de numerosos ayuntamientos, que dan público testimonio de las ansias de renovación que existen en todo el país. Durante los días fabulosos en los cuales se han producido todos estos acontecimientos, el proletariado español ha dado pruebas de serenidad y reflexión, que tal vez hayan sido interpretadas por las oligarquías que detentan el poder como manifestaciones de falta de energía y de incomprensión de la gravedad de las circunstancias actuales. […]. El proletariado español se halla decidido a no asistir ni un momento más pasivamente a este intolerable estado de cosas.

La huelga ferroviaria, provocada últimamente por este Gobierno de consejeros de poderosas Compañías, es una prueba más de lo intolerable que son las actuales condiciones de nuestra vida. Se provoca un conflicto ferroviario por el despido de algunos trabajadores, Y el Gobierno ofrece su mediación, y el director de la Compañía se aviene a parlamentar con el personal; pero a condición de que no se trate de la cuestión que ha sido precisamente objeto del conflicto. Estos recursos vergonzosos, disfrazados en el lenguaje de la decadencia nacional con el nombre de habilidades, los rechaza de una vez para siempre el proletariado español, en nombre de la moralidad y del decoro nacionales.

Los ferroviarios españoles no están solos en la lucha. Los acompaña todo el proletariado organizado, en huelga desde el día 13. Y esta magna movilización del proletariado no cesará hasta no haber obtenido las garantías suficientes de iniciación del cambio de régimen, necesario para la salvación de la dignidad, del decoro y de la vida nacionales.

Pedimos la constitución de un Gobierno Provisional que asuma los poderes ejecutivo y moderador, y prepare, previas las modificaciones imprescindibles en una legislación viciada, la celebración de elecciones sinceras de unas Cortes Constituyentes que aborden, en plena libertad, los problemas fundamentales de la Constitución política del país. Mientras no se haya conseguido este objeto, la organización obrera española se halla absolutamente decidida a mantenerse en su actitud de huelga.

Ciudadanos: No somos instrumento de desorden, como en su impudicia nos llaman con frecuencia los gobernantes que padecemos. Aceptamos una misión de sacrificio por el bien de todos, por la salvación del pueblo español, y solicitamos vuestro concurso. ¡Viva España!

Madrid, 12 de agosto de 1917. Por el Comité Nacional de UGT; Francisco Largo Caballero, vicepresidente, Daniel Anguiano, vicesecretario. Por el Comité Nacional del PSOE, Julián Besteiro, vicepresidente, Andrés Saborit, vicesecretario».


TEMA 14. ALFONSO XIII. LA SEMANA TRÁGICA




GUERRA DE MARRUECOS: REPERCUSIÓN EN LA OPINIÓN PÚBLICA

“Morirán unos cuantos soldados, ascenderán otros cuantos, enseñaremos una vez más nuestro desbarajuste, nos pondremos por centésima vez en ridículo llamando al tiroteo escaramuza; a la escaramuza, acción de guerra; al encuentro de avanzadas, combate; al combate, batalla campal; enviaremos más generales que coroneles, más jefes que oficiales, más oficiales que soldados, más promesas que realidades, y por todo sacar, sacaremos sólo una cosa: sangre al pueblo y dinero al contribuyente[…] Yo le digo que esto de ir a Marruecos es la revolución, y al decirlo sirvo a la Patria y al Rey mucho mejor que haciendo creer al Rey y a la Patria que el ir a Marruecos conviene a la nación y a la Monarquía..”

Leopoldo Romeo: “La trompa bélica suena”. La Correspondencia de España, 12 de julio de 1909.


PROCLAMA DE LA ASAMBLEA OBRERA DE TARRASA

Considerando que la guerra es una consecuencia fatal del régimen de producción capitalista. Considerando además, que dando el sistema español de reclutamiento del ejército, sólo los obreros hacen la guerra que los burgueses declaran.

La asamblea protesta enérgicamente:

1. Contra la acción del gobierno español en Marruecos.

2. Contra los procedimientos de ciertas damas de la aristocracia, que insultaron el dolor de los reservistas, de sus mujeres y de sus hijos, dándoles medallas y escapularios, en vez de proporcionarles los medios de subsistencia que les arrebatan con la marcha del jefe de la familia.

3. Contra el envío a la guerra de los ciudadanos útiles a la producción, en general, indiferentes al triunfo de la cruz sobre la media luna, cuando se podrían formar regimientos d curas y de frailes que, además de estar directamente interesados en el éxito de la religión católica, no tienen familia, ni hogar, ni son de utilidad al país.

4. Contra la actitud de los diputados republicanos que, ostentado el mandato del pueblo, no han aprovechado la inmunidad parlamentaria para ponerse al frente de las masas en su protesta contra la guerra:

Y compromete a la clase obrera a concentra todas sus fuerzas, por si se hubiera de declarar la huelga general para obligar al gobierno a respetar los derechos que tienen los marroquíes a conservar intacta la independencia de su patria.

Moción de la Asamblea Obrera de Tarrasa, 21 de julio de 1909



RESCATANDO A FERRER GUARDIA

El 13 de agosto de 1909, cien años nos contemplan, fue ejecutado Francisco Ferrer Guardia, fundador de La Escuela Moderna. Su ejecución, más bien crimen, fue perpetrada por las fuerzas retrógradas y conservadoras del país, principalmente los terratenientes y la Iglesia. Ferrer Guardia, además de un pedagogo que revolucionaba las ideas al uso en su tiempo fue un intelectual laico. A Ferrer Guardia, estas clases patrimonialistas de España (aún los representantes actuales de la Derecha mantienen con cada vez menos disimulo -el subconsciente y sus actitudes les delatan a cada paso- la fe en su sagrado derecho a que el país y la democracia es sólo cosa de ellos) le utilizaron de chivo expiatorio para poner punto y final a los acontecimientos de la Semana Trágica de Barcelona, donde una ola de anticlericalismo bastante explicable generó violencia sobre los bienes de la Iglesia. Le acusaron de "autor y jefe de la rebelión", cuando no tuvo nada que ver con los movimientos organizativos ni callejeros que dieron lugar a la Semana Trágica. La memoria de Ferrer Guardia, salvo en pequeños círculos de ciudadanos que han querido enterarse y en ambientes de la pedagogía moderna, ha permanecido y permanece oculta aún para la mayoría de los españoles.

Paso dos textos de Ferrer Guardia que expresan, de modo sintético pero muy ilustrativo, sus ideas sobre la necesidad de una revolución pedagógica en España ¡ya a principios del siglo XX! Naturalmente, esas ideas eran inaceptables para la Iglesia, que controlaba entonces la enseñanza y pretendía mantener un férreo dominio sobre las conciencias de los hombres.

Texto I.

"He aquí el programa del tercer año escolar 1903 a 1904:

Fomentar la evolución progresiva de la infancia evitando los atavismos regresivos, que son como rémoras que opone el pasado a los avances francos y decididos hacia el porvenir, es en síntesis, el propósito culminante de la Escuela Moderna.

Ni dogmas ni sistemas, moldes que reducen la vitalidad a la estrechez de las exigencias de una sociedad transitoria que aspira a definitiva; soluciones comprobadas por los hechos, teorías aceptadas por la razón, verdades confirmadas por la evidencia, eso es lo que constituye nuestra enseñanza, encaminada a que cada cerebro sea el motor de una voluntad, y a que las verdades brillen por sí en abstracto, arraiguen en todo entendimiento y, aplicadas a la práctica, beneficien a la humanidad sin exclusiones indignas ni exclusivismos repugnantes."

Texto II.

"La moderna pedagogía, despojada de tradiciones y convencionalismos, ha de ponerse a la altura del concepto racional del hombre, de los actuales conocimientos científicos y del consiguiente ideal humano.

Si por cualquier género de influencia se diera otro sentido a la enseñanza y a la educación, y el maestro no cumpliera su deber, sería preciso denunciarle como embaucador, y declarar que la pedagogía no pasa de artificio para domar hombres a beneficio de sus dominadores.
Por desgracia, esto último es lo que principalmente ocurre: la sociedad está organizada y se sostiene, más que como dirigida hacia la satisfacción de una necesidad general y al cumplimiento de un ideal, como entidad que tiene especial empeño en conservar sus formas primitivas, defendiéndose tenazmente contra toda reforma, por racional y apremiante que sea.
Ese afán de inmovilidad da a los antiguos errores el carácter de creencias sagradas, los rodea del mayor prestigio, les da autoridad dogmática, y sucede que después de crear perturbaciones y conflictos, las verdades científicas quedan sin explicación o la tienen escasa y en vez de extenderse iluminando todas las inteligencias y traduciéndose en instituciones y costumbres de utilidad común, se estancan abusivamente en la ésfera del privilegio; de modo que en nuestros días, como en los tiempos de la teocracia egipcia, hay una doctrina esotérica para los superiores y otra exotérica para las clases bajas, las destinadas al trabajo, a la defensa y a la más degradante miseria.

Por eso tenemos la doctrina mística y mítica, cuya dominación y extensión es únicamente comprensible y explicable en los primeros tiempos de la humanidad, gozando aún de todos los respetos, al paso que la doctrina científica, a pesar de su evidencia, queda reducida a la limitada esfera en que viven los intelectuales, y a lo sumo es reconocida en secreto por ciertos hipócritas que, por no sufrir perjuicio en su posición, han de hacer pública ostentación de la contraria."

http://laantorchadekraus.blogspot.com/2009/08/rescatando-ferrer-guardia.html

TEMA 14. ALFONSO XIII. LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN

EL REVISIONISMO POLÍTICO

Los políticos conservadores y liberales del turno de partidos se apuntaron al regeneracionismo para modernizar España desde arriba sin alterar las bases fundamentales del sistema de la Restauración. A esta actuación se la denominó Revisionismo.
El turno de partidos se mantuvo hasta 1917 pero con dificultades. Los partidos se fragmentaron a la muerte de Cánovas (1897) y Sagasta (1903), sustituidos por líderes de menor talla, lo que originó inestabilidad política con crisis ministeriales continuas, que el rey trató de resolver interviniendo activamente en los cambios de gobierno.
El primer intento regeneracionista fue el de Silvela, sucesor de Cánovas en el Partido Conservador; Fernández Villaverde, ministro de Hacienda, logró superar el déficit económico causado por la pérdida de las colonias.
Antonio Maura, sucesor de Silvela, presidió dos gobiernos (1903-1904 y 1907-1909) en los que intentó la “revolución desde arriba” con el objetivo del “descuaje del caciquismo” y la incorporación de las clases medias a la vida política mediante la ley de Reforma Electoral de 1907. En 1908 creó el Instituto Nacional de Previsión para abordar reformas sociales. Su proyecto reformista quedó abortado por el estallido de la Semana Trágica.
Desde las filas liberales también se llevó a cabo un programa de regeneración y modernización nacional, en especial con José Canalejas, presidente del gobierno desde 1910, que profundizó en la separación de la Iglesia y el Estado; la protección laboral y promovió la Ley de Mancomunidades para integrar al nacionalismo en el sistema.



ANTONIO MAURA
Político español, ministro y presidente del gobierno en varias ocasiones .Nació el 2 de mayo de 1853 en Palma de Mallorca, en el seno de una familia acomodada. Cursó estudios de leyes en Madrid durante el Sexenio Revolucionario (1868-1874). Ejerció la abogacía en el despacho de Germán Gamazo, del que se convirtió en uno de los principales colaboradores. En el año 1881 comienza su carrera política en el Partido Liberal y es diputado por Mallorca. En 1886 fue vicepresidente del Congreso. En 1892 fue ministro de Ultramar. En noviembre de 1894 ocupó la cartera de Gracia y Justicia. Fue uno de los más destacados representantes del regeneracionismo posterior a la crisis de 1898. Tras la salida del Partido Liberal de Gamazo y la muerte de éste (1901), lideró a sus seguidores, que se integraron en el Partido Conservador de Francisco Silvela. En el año 1902 fue ministro de Gobernación y se convirtió en el jefe de los conservadores. En 1903, Alfonso XIII le encargó la presidencia del gobierno. Organizó el primer viaje oficial del rey a Barcelona, que resultó un éxito para la figura del monarca, aunque Maura resultó herido en un atentado. En 1904, su enfrentamiento con el rey le hizo salir del gobierno. Regresó al poder en 1907 y desarrolló una amplia labor legislativa: la ley electoral, ley de huelgas, la modernización de la Marina de guerra y el proyecto de reforma de la administración local. Promovió el acercamiento a Francia y Gran Bretaña. Durante su gobierno se ocasionaron graves problemas de orden público como la Semana Trágica de Barcelona (1909). El fusilamiento de Ferrer i Guàrdia, acusado de ser el principal instigador, provocó una durísima campaña contra Maura que provocó en octubre su caída. En 1913 abandonó la jefatura del partido. Continuó siendo una figura de referencia dentro de la política española. Sus seguidores terminaron por escindirse del Partido Conservador, y en 1914 formaron un grupo propio (maurista). En 1918 formó un gobierno que reunió a los líderes de las principales fuerzas políticas. En 1919, fracasó al no contar con apoyo parlamentario. Su último paso por el gobierno fue en 1921. Ingresó en la Real Academia Española en 1903, y llegó a dirigir la institución. Falleció el 13 de diciembre de 1925 en Torrelodones (Madrid).

“Uno de los primeros y más importantes orígenes del mal que aqueja a la patria consiste en el indiferentismo de la clase neutra. Yo no sé si su egoísmo es legítimo, aunque sí sobran causas históricas para explicarlo. Lo que digo es que no se ha hecho un ensayo para llamarlos con obras, que es el único lenguaje a que ellos pueden responder; llamarlos con obras vibrantes, para despertarlos y conmoverlos, para arrancarlos de su inanición y de su egoísmo, para traerlos por la fuerza a la vida pública. Por eso he dicho y repito que España entera necesita una revolución en el gobierno radicalmente, rápidamente, brutalmente; tan brutalmente que baste para que los que estén distraídos se enteren, para que nadie pueda ser indiferente y tengan que pelear hasta aquellos mismos que asisten con resolución de permanecer alejados (…).No; más que nunca es ahora necesario restablecer aquella ya casi olvidada, de tiempo que ha que fue perdida, confianza entre gobernantes y gobernados; y ya no hay más que un camino, que es la revolución audaz, la revolución temeraria desde el Gobierno, porque la temeridad es, no obra de nuestro albedrío, sino imposición histórica de los ajenos desaciertos. Nunca habría sido fácil la revolución desde el Gobierno, nunca habría sido recomendable, si hubiera podido dividirse la facultad y esparcirse la obra en el curso del tiempo; pero cada día que pasa, desde 1898, es mucho más escabrosa, mucho más difícil, y el éxito feliz mucho más incierto; y no está lejano el día en que yano quede ni ese remedio (…).Ahora es menester oponer a las izquierdas que actúan en la vida pública todas las derechas y traerlas con plenitud de sus fuerzas sociales a la vida y a la influencia del Estado.La política conservadora tiene que adoptar los procedimientos democráticos y las garantías constitucionales y los derechos individuales, que son ahora la fuerza conservadora, la única que puede salvar a la sociedad; por eso no hay ni siquiera un soloacto mío que no esté inspirado en esa convicción, y por eso creo que la política con-servadora consiste en traer íntegramente todo el fondo social a la influencia y a la acción del Estado, de modo que la democracia comprenda absolutamente la acción íntegra de las fuerzas de toda la nación, asistiendo al Gobierno”.

MAURA, A. Treinta y cinco años de vida pública, 1902-1913. Madrid, Biblioteca Nueva, 1917.

"Yo no creo que los partidos sean un mal. Lo que deploro es que no existan; Pero todavía peor que el que no existan es simular que existen y sobre una simulación fundar un gobierno y toda la suerte de un país (...). Como es menester despertar a la opinión dormida, a la opinión desviada, a la opinión descreída y recelosa, hay un error que está muy en boga y que acaso sea lo más íntimo y trascendental del pensamiento del señor Cánovas del Castillo: el error de que las reformas que lastiman intereses colectivos, clases respetables, fuerzas del Estado, se han de mirar con mucha circunspección y que no se puede tocar a estas cosas (...).Uno de los primeros y más importantes orígenes del mal que aqueja a la patria es el indiferentismo de la clase neutra. Yo no sé si su egoísmo es legítimo, aunque sí sobran causas históricas para explicarlo (...). Por eso he dicho que España entera necesita una revolución en el gobierno (… ). No; más que nunca es ahora necesario restablecer aquella ya casi olvidada, de tiempo que ha que fue perdida, confianza entre gobernantes y gobernados; y ya no hay más que un camino que es la revolución audaz, 1a revolución temeraria desde el gobierno (...) pero cada día que pasa, desde 1898, es mucho más escabrosa, mucho más difícil, y el éxito feliz mucho más incierto; y no está lejano el día en que ya no quede ni ese remedio (...). Ahora es menester oponer a las izquierdas que actúan en la vida pública todas las derechas y traerlas con plenitud de sus fuerzas a la vida y a la influencia del Estado. La política conservadora tiene que adoptar los procedimientos democráticos y las garantías constitucionales y derechos individuales, que son ahora la fuerza conservadora, la única que puede salvar a la sociedad (...)".

ANTONIO MAURA: Treinta y cinco años de vida pública. Madrid, Biblioteca Nueva, 1917



EL ASESINATO DE JOSÉ CANALEJAS



Synopsis: Una actualidad reconstruida, según era frecuente en los inicios del cine, del atentado anarquista contra el presidente del gobierno: José de Canalejas. La segunda parte --el duelo y el cortejo fúnebre- fue recogida por las cámaras de Enrique Blanco y José Gaspar, pero el atentado del anarquista Pardinas fue puesto en escena frente a la librería de la Puerta del Sol en la que el atentado había tenido lugar pocas horas antes.

TEMA 14. ALFONSO XIII. LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓN


EL REGENERACIONISMO

Se llama Regeneracionismo al movimiento intelectual que entre los siglos XIX y XX medita objetiva y científicamente sobre las causas de la decadencia de España como nación. Su principal representante fue el aragonés Joaquín Costa con su lema «Escuela, despensa y doble llave al sepulcro del Cid».
La palabra regeneración se encuentra ya a principio del siglo XIX y está tomada del léxico médico, como antónimo de corrupción, a fin de metaforizar una expectativa política. Su desarrollo a fines del siglo XIX es una consecuencia directa de la crisis del sistema político fundado por Cánovas del Castillo: la alternancia de partidos, que había proporcionado al país una falsa estabilidad, era ilusoria y se sostenía sobre la base de una gran corrupción política que impedía visualizar la efectiva miseria del pueblo y el mal reparto geográfico de una tardía revolución industrial; el pucherazo electoral y el triunfo de una oligarquía económica y política, que habían relegado el papel motor de la burguesía a los reductos catalanes y vascos, adueñándose prácticamente de todo el suelo productivo del campo español mediante tramposas desamortizaciones que generaron improductivos latifundios, creando mano de obra barata en una extensa clase de jornaleros hambrientos. Este término se definió ideológicamente a través de la influencia del Krausismo, filosofía que pregonaba la libertad de conciencia.
revolución industrial; el caciquismo,
Los escritores del Regeneracionismo reaccionan contra la descomposición del sistema canovista, publicando estudios y ensayos que denuncian esta situación, que llega a hacerse evidente con la derrota del técnicamente obsoleto ejército español en la guerra contra Estados Unidos de 1898, y la pérdida de lo que quedaba del imperio colonial español.
(Wikipedia)

LA CUESTIÓN SOCIAL

"Después de medio siglo de (...) pronunciamientos, manifiestos, revoluciones, (...) cambios de régimen y de dinastía, proclamación de Constituciones (...), tenemos lo que se pedía, constitución liberal, (...) sufragio universal, derechos individuales y, sin embargo, seguimos lo mismo que estábamos: el pueblo gime en la misma servidumbre que antes, (...) su mísera suerte no ha cambiado en lo más mínimo, (...).

¿Y sabéis por qué? Porque esa libertad no se cuidaron más que de escribirla en la "Gaceta", (...) porque no se cuidaron de afianzarla dándole cuerpo y raíz en el cerebro y en el estómago, promoviendo una transformación honda de la agricultura, que haga producir doble que al presente y disminuya el precio de las subsistencias, y, mediante la difusión de la propiedad territorial, elevando a los braceros a la condición de terratenientes. (...) No vieron que la libertad sin garbanzos no es libertad. No vieron que por encima de todas las Constituciones y de todos los derechos individuales (...) el que tiene la llave del estómago tiene la llave de la conciencia, y, por tanto que el que tiene el estómago dependiente de ajenas despensas no puede ir a donde quiere, no puede hacer lo que quiere, no puede pensar como quiere, no puede el día de las elecciones votar a quien quiere; no reflexionaron que el que no sabe es como el que no ve, y que el que no ve tiene que ir conducido por Lazarillo a donde el Lazarillo quiere llevarle, que raras veces es a donde al ciego le conviene, que casi siempre es a donde le conviene al lazarillo, (...) la revolución no pudo rendir fruto alguno, quedó estéril".

Joaquín Costa. "La tierra y la cuestión social"


OLIGARQUÍA Y CACIQUISMO
«Los factores que integran esta forma de gobierno... son tres:
1º Los oligarcas (los llamados primates, prohombres o notables de cada bando que forman su «plana mayor», residentes ordinariamente en el centro);
2º Los caciques, de primero, segundo o ulterior grado, diseminados por el territorio;
3º El gobernador civil, que les sirve de órgano de comunicación y de instrumento. A esto se reduce fundamentalmente todo el artificio bajo cuya pesadumbre gime rendida y postrada la Nación.
Oligarcas y caciques constituyen lo que solemos denominar clase directora o gobernante, distribuida o encasillada en «partidos»... y no es sino un cuerpo extraño, como pudiera serlo una facción de extranjeros apoderados por la fuerza de Ministerios, Capitanías, telégrafos, ferrocarriles, baterías y fortalezas para imponer tributos y cobrarlos... Si aquellos bandos o facciones hubiesen formado parte de la Nación, habrían gobernado para ella, no exclusivamente para sí; habrían cumplido por su parte los deberes que ellos imponían a la Nación y serían, efectivamente, una clase en relación a otras clases, componentes con ellas de la colectividad nacional... .
El señor Labra ha observado sobre el suelo de la Península dos grupos de hombres:
«uno que, tranquilo y disfrutando de las comodidades de un hogar bien dispuesto y acondicionado, decreta la guerra, y otro que la sostiene a miles de leguas de su familia y en medio de toda clase de privaciones». ¿Por dónde llamaríamos porción integrante de la Nación y clase directora a esos que decretan valientemente la guerra y obligan a aquellos a quienes no permitieron votar a que vayan a la manigua, quedándose ellos en casa?»

JOAQUÍN COSTA: Oligarquía y caciquismo. Madrid, 1901.